Organización y lucha para frenar la violencia contra la mujer trabajadora: OMTM
- mujerestrabajadora
- 23 nov 2020
- 3 Min. de lectura
¡La violencia contra la mujer trabajadora,
sólo se puede frenar con organización y lucha!

Este 25 de noviembre se conmemora el “Día Internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres”, en este contexto señalamos que las mujeres trabajadoras y de los sectores populares vivimos en carne propia la extrema violencia generada por la explotación derivada del capitalismo en México y en el mundo.
La violencia en contra de las mujeres no se circunscribe solamente a la violencia física, sino que tiene su origen en el sistema económico que explota a las trabajadoras y a los trabajadores.
Este año vino a estallar una crisis económica que se venía gestando al menos dos años atrás, la llegada de una pandemia hizo que los empresarios salvaguardaran sus fortunas, golpeando de forma brutal a los trabajadores, y en especial a las mujeres trabajadoras, quienes se concentran en empleos informales, en el sector servicios o en el de cuidados, en quienes además, ante el cierre de las guarderías y escuelas de todos los niveles, recae el cuidado de sus hijos.
En lo que va del año, el desempleo entre las mujeres se ha incrementado un 72%, y de acuerdo algunos organismos, más del 50% de las mujeres que se quedaron sin empleo durante este tiempo o que estarían en disposición de buscar uno, no lo harán porque deben quedarse en casa a cumplir con las labores de cuidado.
El actual gobierno, ese que se ha autodenominado feminista, desde su llegada ha sido omiso de las necesidades y demandas de las mujeres trabajadoras y en medio de la pandemia ha solapado los atropellos en su contra, recortes salariales, despidos injustificados y nula asignación de recursos que garanticen su subsistencia.
Es cierto que el feminicidio es la forma más cruenta de violencia contra la mujer, pero lamentablemente no es la única: que nos despidan por estar embarazadas es violencia, que no se respete nuestro derecho al permiso por lactancia y el derecho a incapacidad por maternidad es violencia, los salarios de hambre son violencia, la carencia de seguridad social es violencia, que nos arrebaten el derecho a pensionarnos es violencia.
Esta violencia se ha invisibilizado y no la sufren todas las mujeres. La sufrimos las mujeres trabajadoras que vivimos al día, las que debemos trabajar para sobrevivir, aceptando cualquier condición laboral para mantener a nuestras familias.
En el marco de esta fecha, la Organización de Mujeres Trabajadoras de México (OMTM) busca visibilizar la violencia que padecemos las mujeres, pero no en abstracto, sino las explotadas, las más, las que producimos la riqueza.
Las que además, somos víctimas de violencia física y acoso sexual, por parte de nuestros patrones, compañeros de trabajo, familiares y amigos. Reconocemos el enojo de compañeras y hermanas de clase acumulado tras años de abusos, violaciones, desapariciones e impunidad.
Sin embargo, hacemos un llamado a dirigir nuestra lucha hacia los responsables –quienes nos explotan, nos imponen condiciones de desigualdad, nos arrebatan los derechos laborales y nos someten a todas las formas de violencia más bárbaras–, es decir, contra el sistema capitalista y quienes se benefician de éste.
Remarcamos que es urgente que demos una respuesta organizada a la violencia de género que vivimos día a día, los empresarios, con el respaldo del gobierno y de sus partidos burgueses, no dudan en golpearnos con tal de mantener y maximizar sus ganancias, por eso, a su vez, el mismo gobierno sólo da paliativos “rosas” en contra de la violencia que sufrimos.
Antes de la pandemia las mujeres trabajadoras ya nos concentrábamos en el empleo informal, ese que no otorga prestaciones como servicio médico, ahorro para el retiro o Infonavit, y quienes se están en la formalidad, las menos, perciben salarios hasta 30% menores que el de sus compañeros.
La situación antes de la pandemia ya era complicada para las mujeres y hoy los es aún más, la actual crisis nos obliga a acelerarla potencialmente.
Si bien, las actividades simbólicas visibilizan los problemas que vivimos, pero no los solucionan. La violencia contra la mujer trabajadora, sólo se puede frenar con organización y lucha.
Por ello, hacemos un llamado enérgico a todas nuestras hermanas de clase pata luchar contra la explotación laboral y opresión de género, actuar juntas en contra de nuestro enemigo, el sistema capitalista, y luchar por soluciones a nuestros problemas, encontrando fuerza en la unidad y la solidaridad de nuestra clase.
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